Una joya para heredar

¿Qué buscamos cuando compramos una joya? ¿Diseño? ¿Inversión en las piedras? ¿Nobleza en los metales? ¿Por qué comprar una joya?

En la bijoux de alta gama hay hermosas piezas de diseño a las cuales accede el mismo público que al mundo de las joyas, pero siempre me detengo a pensar por qué elegir algo que va a ser descartado por su durabilidad mientras una joya  perdura en el tiempo y posiblemente sea heredada de generación en generación.

Muchas veces nos enamoramos de algo vistoso, del diseño bien logrado, de cómo nos encandila el brillo del vidrio bien facetado, y no vemos quizás lo efímero de este flechazo. Nos da satisfacción inmediata, el placer de la nueva pieza, pero al tiempo nos da también, el dolor de tener que dejarla a un lado porque su belleza ya no es la del primer momento.

La bijoux no soporta bien el paso del tiempo. Las joyas realizadas en metales altos, en las que pueden intervenir piedras naturales, son mucho más que joyas, pueden ser el inicio de tradiciones, de herencias, de recuerdos. El usar o reciclar la joya que usaba tu madre, tu abuela, o tu bisabuela, le da un valor afectivo que no se compra. No es consumo del consumo, tan de moda en estos tiempos, sino el consumo sumado al afecto, con el plus de lo atemporal.

Esa es nuestra filosofía. Por eso hacemos joyas. Porque nos gusta pensar que las joyas nuestras siempre van a ser heredadas.

En Sarah Kosta, donde una joya única te elige, nos gusta que elijas vos la que empiece tu tradición familiar.